En esta página hemos hablado mucho sobre cómo ofrecer una garantía comercial que complemente a la garantía legal se ha convertido en un estándar dentro de la compraventa de coches tanto profesional como entre particulares. Sin embargo, este hecho está llevando a una serie de actividades que más que ser nocivas son un auténtico delito. Nos referimos a los vendedores que utilizan la contratación de una garantía comercial como excusa para no cumplir con su responsabilidad legal.
La garantía comercial siempre amplia, nunca limita
Lo primero que hay que tener en cuenta es que la garantía mecánica marcada por Ley es obligatoria e ineludible. Esto se traduce en que el vendedor no puede ni desentenderse de ella ni contratar a un tercero para que le sustituya. Por lo tanto, con las garantías comerciales, lo que se hace es añadir servicios al nuevo propietario del vehículo, nunca limitarlos.
Que el automóvil cuente con una garantía mecánica comercial ofrecida por una empresa garante externa nunca sustituye ni limita la cobertura ni duración de la garantía legal. En todo caso la complementa en forma de una mayor duración o de una ampliación de las coberturas.
Bajo ninguna circunstancia la empresa garante debe hacerse cargo de averías que entren dentro de las obligaciones legales del vendedor. En el caso de producirse una avería en un coche garantizado será necesario establecer la naturaleza del daño para identificar si la responsabilidad recae en la garantía legal o en la comercial. Dependiendo de esto la reparación correrá a cargo del vendedor del automóvil o de la empresa de garantías comerciales.
Si acabas de comprar un vehículo y el vendedor no se quiere hacer cargo de una avería dentro de la garantía legal porque ha contratado una comercial, el vendedor está incurriendo en un delito. El coche debe ser reparado.