Todo vendedor de vehículos está obligado a dar garantía. Si el vendedor es un profesional que trabaja en un concesionario o empresa de compraventa debe dar garantía durante mínimo un año frente averías cuyo origen sea previo a la entrega del coche o averías de origen fortuito. Si el vendedor es un particular que vende automóviles de forma esporádica la garantía obligatoria pasa a ser de seis meses y a cubrir únicamente las averías cuyo origen es previo a la entrega.

Generalmente se ofrece de forma adicional garantías comerciales. Estas garantías son opcionales y se utilizan para aumentar la duración y coberturas de la garantía obligatoria. La gran competitividad del mercado de la venta de coches ha convertido las garantías comerciales en un estándar del sector.

La mayoría de los profesionales de la venta de automóviles contrata garantías comerciales a empresas garantes, compañías especializadas en ofrecer este tipo de servicios. Sin embargo, hay una minoría que recurre a la auto garantía. La auto garantía consiste en que el vendedor es quien se responsabiliza de la duración y coberturas extra de la garantía comercial al prescindir de la empresa garante.

garantia vendedor vehiculo

La naturaleza de los servicios de garantía comercial es tan especializada que esta práctica acarrea una serie de peligros para el vendedor, que llega a afrontar una responsabilidad para la que no está preparado, y para el nuevo propietario del coche, que recibe un servicio deficiente.

Inconvenientes de que el vendedor de un coche se responsabilice de la auto garantía

El primer peligro al que se enfrenta el vendedor de coches que ofrece auto garantía es tener que pagar las averías en los vehículos vendidos. Puede parecer obvio y superfluo, pero pongámonos en la piel del concesionario o empresa de compraventa que vende una gran cantidad de automóviles. Solo con que la mitad diera averías la inversión que eso implicaría para el vendedor podría poner en serio peligro la estabilidad económica de su negocio.

Las empresas que ofrecen garantías comerciales, al estar especializadas, cuentan con una infraestructura y organización ideada para garantizar un servicio de calidad. Los profesionales de la venta, salvo grandes cadenas y multinacionales, no cuentan con los medios para gestionar un gran número de peticiones, algunas veces ni siquiera para gestionar unas pocas peticiones. Eso, inevitablemente repercute en el servicio que recibe el comprador y en su satisfacción.